sábado, 2 de enero de 2010

Veinte diez. 2010


Día sábado.
Segundo día de este año Bicentenario. Nada que hacer. Reviso algunos mails, envío algunos otros. Y nada, eso. Repaso un poco la tele, y me doy cuenta que es pésima. No puedo hacer ningún tipo de llamadas, porque le regalé mi celular a mi hermana pequeña de quince años… (en realidad es como un préstamo), así que estoy incomunicado momentáneamente, lo que a la larga terminó siendo bueno, pues lo que ahora escribo se lo estaría diciendo a mi interlocutor de turno, al otro lado del celular, si es que lo tuviera. Y si es que me escuchara. En fin.

Entonces, me preparo algo para comer, me sirvo un wiskey con hielo, porque ahora tomo wiskey po'h galla. Aunque en realidad podría ser güisqui, como diría el bueno de Sabina. Un güisqui on de rocs. Me acuerdo entonces de la canción y la escucho. Y simplemente bebo y fumo. Porque también volví a eso, de fumar. Y harto.

Tengo un montón de sueño, no he dormido lo adecuado en estos días. Y no precisamente por estar celebrando la ida del viejo y la llegada del nuevo. Del nuevo año. Aunque en parte igual. La cosa es que estoy bastante cansado.
Hay bastante que contar en realidad. Pero me limito a decir que fue un buen año. En balances generales, claro. Nada en detalle, porque si me pongo a hilar fino, con el güisqui on de rocks, con Sabina de fondo, capaz que me ponga a llorar, de pura rabia…."tanto la quería….." (decía Sabina)


Llegué hace unas horas de la pega, y mañana voy igual. Que rico! El teatro poh. Era si no. "Stgo a mil", me brinda esa maldita posibilidad de estar diecinueve días seguidos yendo al teatro de seis a once. Solo me faltan las quinientas noches y sería redondo todo lo que estoy diciendo ahora. Algunos quizá me entiendan. Pero a estas alturas estoy algo fome. Más fome que Don Francisco un sábado en la noche, tratando de hacer reír a un montón de cubanos hijos del exilio que viven en las tierras del Tío Sam, creyendo que estar en Sábados Gigantes y en Miami los hace feliz. Yo lo estaría.

Bueno, sin otro particular y deseándole un feliz año a todo el mundo que quiero, y a todos lo que no quiero también, pues las buenas cosas que me han pasado también ha sido en parte por ellos. Y para ellos.

Les quiere mucho,
Rodrigo.