miércoles, 4 de noviembre de 2009

De cómo recordarte sin querer hacerlo


Tercera Parte


Decir a rompe y raja que algunos de mis compañeros no les ha ido bien, porque simplemente han muerto (pausa) no es del todo digno. Si me escuchara ahora la madre de ese compañero, a quién, entre paréntesis, estimé mucho, de seguro que me diría un par de chuchás. Me lo merezco, pues finalmente no soy una buena persona, y nadie lo es, en todo caso. Cuando vi a esa preciosa chica en el metro hoy, aparte de mirarla de soslayo, debí haberla ayudado con esa enorme caja que llevaba consigo, porque ahora que hago memoria, tenía cara de afligida. Quizá por eso me miraba, para pedirme ayuda y yo me pasé todos los rollos del mundo. Claro, si venía hablando del concierto al que yo también asistí. Y claro, si como dicen por ahí el amor se sobre lee. Pero bueno, lo acabo de decir, no soy una buena persona. Ni tampoco sé lo que pasa conmigo.



Hay mucha gente que en realidad no son buenas personas. Hay gentes que simplemente dan asco. Con la magnificencia de esa palabra. Asco. Aprovechadores, sinvergüenzas, flojos, mediocres, ganapanes, maleducados, flaites, ladrones, ordinarios, chantas, ineficientes, coimeros, políticos, gente con mala actitud. Y entre ustedes y yo, en lugares decentemente administrados a tipos como estos ya los habrían sacado a patadas en el culo, desde hace mucho tiempo. Pero no pasa nada, pues todo finalmente da asco. Como sea, si estuviese la mamá de mi compañero que en paz descanse, pido las disculpas respectivas. Señora, su hijo era un buen tipo. No formaba parte de esa lista. Era un tipo con buena actitud.


No sé lo que pasa conmigo y me lo he cuestionado varias veces. Creo que me falta motivación. Bueno, en realidad, estoy carente de varias cosas en este momento. Estoy en pleno sufrimiento por un amor no correspondido y creo que haría cualquier cosa, incluso humillarme, por ese amor. La chica del metro, o esa compañera guapísima que encontré por internet, nunca serán como tú.

Si, si sé que me estás escuchando en algún lugar, siempre lo pienso, siempre te imagino caminar atrás de mí. Que me sigues. Y que cuando abra la puerta entrarás y me sorprenderás. Y sé que nunca será así. Por lo mismo, busco siempre una forma de bajarle la persiana al mundo, y siempre detrás de las persianas se encuentra un mundo personal lleno de promesas vacías, de amores rotos y de soluciones desesperadas. Y todo lo que pueda decir; mis historias del pasado, la ausencia de mi padre, de mis ex compañeros, de las carencias afectivas, de la soledad, de no ser una buena persona, de la falta de logros, de las veces que me fui de casa, de las veces que empecé de cero, todo aquello es la descripción perfecta a ese universo confuso de las promesas rotas, a las sacudidas estremecedoras a que es sometido siempre mi sublime mundo conyugal, cuando las bases del amor están corroídas hasta la médula.
Es como el intento descarado de salvar el amor en una gran fiesta swinger y descubrir que ya no hay nada que salvar, y que irónicamente puede que encontremos un nuevo horizonte allí. Entonces, parece que llegar al fondo del abismo es solo el comienzo, el fuego necesario que extingue y la vez fertiliza, la vieja historia de morir para renacer.




Morir para renacer. Creo que si me volviera a escuchar la mamá de mi ex compañero muerto no serían chuchás las que me diría. Seguramente haría una reflexión, así como yo lo acabo de hacer.


Es la muerte la que brinda la posibilidad del renacer, el escape a través del fondo del océano, o sea, transitando la muerte como una bisagra entre vidas, y no como la culminación de todo. Así como Dave Gahan, el vocalista de Depeche Mode, tuvo que morir para volver a ser como era. Renacer. Quizás deba hacer lo mismo. No tengo respuesta para definir lo que pasa conmigo. Pero renacer es una buena opción. ¿Qué dices?Hoy cumplí treinta y tres años. Tú ya debes tener veinticinco. El tiempo ha pasado desorbitadamente. Hace diez años las cosas parecían ser más fáciles. Hoy, antes de meterme al Metro caminé por las calles del centro sin una dirección clara. No sabía a dónde iba, no sabía que buscaba, que quería, solo caminaba. Caminaba esperando encontrar algo que me hiciese cambiar mi bajo estado de ánimo. Cuando creía tener claro dónde ir, lo olvidaba. Cuando suponía lo que quería, me arrepentía de aquello. Fue una mañana fría, pero más fría estaba mi cabeza, sin pensar, sin concretar una sola idea. Solo caminaba, con la sensación de no ahogarme entre la multitud, de no dejarme llevar por mis esporádicos estados de falta de ánimo. Por eso es que no sé lo sucede conmigo. La idea de iniciar un viaje se me hace cada vez más latente. Debería viajar. Irme a recorrer. Tengo unos ahorros. Que por suerte he podido juntar. La plata no es para guardarla, es para disfrutarla. Siempre decías eso. Debería hacerte caso.Si me estás escuchando, y tengo la esperanza de que sí, te espero mañana en el aeropuerto, en destinos internacionales. Dónde alguna vez nos despedimos y no nos volvimos a ver. ¿Hagamos una locura juntos? Una vez hablamos acerca de viajar. Siempre lo hacíamos. Tu querías hacerlo, y yo ahora también. 

No nos vemos desde hace un montón de tiempo, pero siempre estás presente. Tomemos el primer avión con el destino que sea y arranquémonos de todo lo que nos ahoga. De todo lo que nos separa. Te estaré esperando. Vestiré completamente de negro, como siempre, tú sabes, tendré una maleta pequeña, con solo lo necesario. No hace falta equipaje. Llevaré puestos los audífonos que me diste, porque de seguro que estaré escuchando alguna canción que tenga que ver contigo. Una de Depeche, esa que te gustaba tanto. Little fifteen, ¿te acuerdas?..you help her forget, the world outside, you' re not part of it yet, and if you could drive, you could drive her away, to a happier place, to a happier day, that exists in your mind and in your smile, she could escape there, just for a while.

Little fifteen

viernes, 30 de octubre de 2009

De como recordarte sin querer hacerlo

Segunda Parte
Cuando me fui de la casa, pensé que era solo un capricho adolescente y no duraría ni tres meses. Pero la idea de independencia era algo que perseguía desde hacía mucho tiempo. Y bueno, tan lejos no andaba. Alcancé a estar casi por un año. Y volví. Y cuando lo hice encontré todo tan mal, todo tan distinto a como quería que fuese realmente. Ya tenía otra perspectiva y quería cambiarlo todo. Quería que todo marchara a la pinta mía, pues siempre creía tener la razón de cómo sobrellevar esa casa, de cómo hacer que las cosas funcionaran bien. Lo intenté y no lo pude hacer. Nuevamente me fui. Esa vez huyendo de forma definitiva. Y nuevamente a empezar de cero, como siempre lo he hecho. Siempre me he tenido que reformular desde el principio. Siempre me he tenido que construir una nueva vida, no muy distinta a la que tengo, pero todo el tiempo empezando de abajo. Han pasado varios años desde esa decisión. Hoy todo marcha a la perfección, creo. O quiero creer. Disfruto de mis medianos éxitos, de mi mediana solvencia económica, que al final de cuentas no sirve de mucho, pues sigo solo. Disfruto de la soledad para encontrarme a mí mismo, pues también sigo sin entender lo que sucede conmigo. Extraño la compañía de alguien, la extraño.

A algunos de mis compañeros del liceo les ha ido peor que a mí. Algunos simplemente han muerto.
Otros, estuvieron o están metidos hasta las patas con las drogas, y otros simplemente tomaron el camino fácil. Y claro, porque el liceo donde estudié era un asco si lo comparo con los liceos o institutos en donde estudiaron mis ex compañeros de la básica. En ese liceo casi todos piteaban o tomaban, incluso en la misma sala. Hasta con los profesores. A casi la mitad del curso le interesaba mucho más un pito o una pichanga que una prueba. Quizá por eso me destaqué entre todos. Era fácil.

Aquel liceo quedaba en medio de tres o cuatro poblaciones peligrosas, incluida en la que yo vivía. De donde salí. De donde me arranqué. En donde crecí y pasé gran parte de mi corta vida. Hoy, esas poblaciones están iguales o incluso peor, casi tanto como la mitad de los alumnos de aquel liceo que fumaban pitos en el baño, en el patio, e incluso en salas de clases, con los profes. Era terrorífico. Hoy, aquel liceo ha cambiado, pero solo su fachada, por dentro sigue siendo igual que antes, o peor, tal como las poblaciones adyacentes a este. Claro que ahí conocí también a quienes con los que hoy en día tengo una muy buena relación de amistad. Eso ha sido lo positivo, la creación de lazos afectivos. Eso, y todo lo que consigo lleva esos lazos. Personas con buena actitud. Grandes personas que a través de los años se han ido transformando en referentes a emular.

También aprendí una profesión, por supuesto, y es con lo que hoy me defiendo ante la vida. Me quejo, pero ni tanto. Hubiese querido otra cosa por supuesto, pero como dicen por ahí, “es lo que hay”. Ante eso no puedo hacer nada. Mi padre estuvo ausente casi siempre, es lo que recuerdo, y las opciones eran pocas, así como también el dinero, ante lo cual mi madre optó por lo que pudo, con su garra indestructible de siempre.

Me enorgullece hablar de ella, de mi madre, a pesar de ese abismo que nos separa en ocasiones. Abismo que se creó a causa de tantas injusticias y situaciones inimaginablemente dolorosas que no valen la pena recordar. Ella hizo lo que estuvo a su alcance en algún momento y eso es lo que cuenta ahora.

lunes, 26 de octubre de 2009

De cómo recordarte sin querer hacerlo.

Primera Parte


Venía en el metro y vi una chica preciosa. Estaba al celular hablando del recital de Depeche Mode con alguien. Le puse atención, pues yo también había asistido. Incluso acababa de escuchar unos de sus discos en mi Ipod. Me saqué los fonos. De pronto comenzó a mirarme y me puse nervioso. No sé lo que pasa conmigo, es algo que habitualmente me sucede y no lo puedo controlar. Lamento ser un torpe siempre en ese aspecto de mi vida, así como en tantos otros. Pero no puedo evitar ponerme así con la mirada de una hermosa mujer. La cosa es que me miraba mientras hablaba por su celular, y yo la miraba también. Era genial. Salvo por las reiteradas veces en que agachaba mi cabeza o desviaba la mirada, observándola de soslayo. Era hermosa, de delicados rasgos faciales, con unos inquisidores y claros ojos verdes. Blanca, tanto como yo, de nariz perfecta y labios pulcros. Sus manos eran finas, usaba las uñas cortas, bien limpias. Vestía completamente de negro, al igual que yo en los últimos años. No usaba maquillajes ni nada en el rostro, lo que la hacía más blanca aún. Era hermosa. Era esbelta, de piernas largas y delgadas. De cintura fina. Sus brazos eran delgados también, al igual que todo su cuerpo. Al mismo tiempo que terminó su llamada el tren tuvo una frenada brusca, lo que hizo que cayera muy cerca mío, tanto como para reconocer en ella a Donna Karan. Aún recuerdo ese perfume. Me pidió disculpas y sonrojé, como un idiota. Solo atiné a darle un "no te preocupes", con una voz de ultratumba. Ella sonrió. Yo seguía mirándola de soslayo. No tuve la valentía de preguntarle algo como para iniciar una conversación. Algo en relación a ese recital que al parecer tanto le había gustado. Tanto como a mí. Solo nos mirábamos, eso fue todo. Nos mirábamos y lo único que hice, fue no hacer nada. Ella se bajó y yo no la seguí. No entiendo bien lo que pasa conmigo.


Hace unos días en internet, encontré a la chica más linda e inteligente que alguna vez conocí, y que pensé que jamás volvería a ver. Una ex compañera de básica guapísima, de hace muchos años, por lo menos doce, cuando todo era mucho más diferente que hoy por hoy, cuando no andaba por ahí pensando en lo que hoy pienso, cuando aún creía, cuando las esperanzas todavía existían, cuando estaba carente de experiencias, cuando era mucho más hueón que ahora. Un cabro chico. De trece o catorce años. Cuando no pensaba en nada más que estudios, mapas, juegos, bolitas, volantines, trompos, música, monitos animados, revistas pornográficas y pajas. Cuando todo era paulatinamente estable, cuando no entendía lo que justamente eso significaba. En la época del bowying incognito.

Entonces, bastó con escribir su nombre, que a decir verdad, fue el primer nombre que se ocurrió poner en la barra de búsqueda, y ahí estaba tan bella como siempre, en una foto que imagino es muy reciente. Los años han hecho de ella una mujer, una verdadera mujer. Estaba igual de hermosa que en esos tiempos. Le ha ido bien, "con altos y bajos", lo sé, pues respondió a un e-mail que le mandé de inmediato la encontré. Le expliqué, primero que todo, quién era yo y de dónde nos conocíamos. Afortunadamente se acordó de inmediato. Fue genial. Hoy pasé a un cyber y fue gratificante leer su respuesta. Al mismo tiempo que lo recuerdo, pasan por mi cabeza un montón de destellos de aquella etapa de mi vida. Estoy hablando de casi quince años, no lo recuerdo bien, son un montón de recuerdos, un montón de años. No quisiera adentrar en ninguno de ellos, no ahora, pues no sabría como describirlos. Como sea, a causa de ello, he vuelto a entrar en contacto con mis ex compañeros de la básica. Ha sido muy grato. A casi todos con los que he hablado les ha ido bien, y eso me alegra. Han terminado sus carreras, han sido madres, viven en otras ciudades, incluso en otros países, trabajan en buenos lugares haciendo lo que aprendieron en las aulas de sus universidades. Profesores, arquitectos, ingenieros, por sobretodo ingenieros, periodistas, diseñadores. Yo, no. Hago lo que he aprendido en escuela de la vida, y me ha ido bien, bueno, al menos este último tiempo. He tenido momentos lánguidos, como todo el mundo, pero he sabido llevarlos, o por lo menos, soportarlos. He soportado la inclemencia de momentos económicos patéticos y la estadía en Dicom. También de lucrativos años, pero no he hecho nada bueno al final de cuentas. Creo que debería viajar. Irme a otro país, así como lo hicieron algunos de estos ex compañeros. Sería bueno viajar, me gustaría irme a algún país primermundista y conocer la vida, la verdadera vida y alejarme de toda esa farsa de país, esta farsa de personas asquerosas que manejan este país. Arranquémonos.

En cierta forma yo igual he sido profesor, periodista, ingeniero, diseñador, arquitecto, siempre las hago todas. Me fabrico el tiro de esquina, lo pateo, lo cabeceo e incluso la atajo. He tenido que aprender a hacer y ser de todo. A falta "de"…en fin. He visto fotos de algunos de ellos, de mis ex compañeritos de la básica, hay unos que usan barba, terno y corbata, y se ven todos mayores que yo, o eso creo. A veces me da algo de envidia, claro que en ocasiones es todo lo contrario. Eso de tener cara de cabro chico resulta ser, hasta cierto punto, aceptable. Pero ha pasado el tiempo. He crecido, en relación a años atrás, obvio. Física, fisiológica y antropológicamente, solo he agregado unos cuantos kilos, unos tatuajes que no me gustan y que quisiera borrar, unas ojeras horribles de tantas noches sin dormir, unas cicatrices varias en el cuerpo y en el corazón, unos callos por ahí, de tanto caminar, unos cuantos dolores de cabeza, unos centímetros más de altura, una sordera que va y viene, una micro epilepsia hacinada en el ojo izquierdo, un gusto patético a lamentarme de todo más de la cuenta, un poco más de pelo en donde nunca pensé que saldría, un sonambulismo que me tiene enfermo, un aliento a alcohol y tabaco, y un hígado de mierda que apesta tanto como mi mal gusto. No sé lo que ha pasado conmigo en este tiempo. Estoy joven aún, claro, pero no he tenido algún logro importante en la vida, algún logro significativo por cual alegrarme. Alegrarme realmente. Estudié varias cosas, pero no terminé ni una sola. Eché por la borda lo que podría haber sido muy importante para mí. Y siempre culpo de ello a la ausencia que dejó mi padre en mi vida, como si de algo hubiese ayudado lo contrario. No es la gran cosa, claro, si lo comparo con otros casos. No me ha ido tan mal, pero tampoco he logrado metas importantes. Irme a vivir solo creo que ha sido una de ellas, pero me ha costado resistir. Sé que no es fácil, pero me quejo demasiado, y eso lo notan mucho mis cercanos.

domingo, 4 de octubre de 2009

Insano

Insane (in the brain)

Tu joven corazón idiota
No comprende lo que sucede
Trata de encontrar respuestas
A pesar de que no debe

Tu inepta mente enferma
Busca odio debajo del cielo
Te propones borrar la ira
¿Es ese tu mayor anhelo?

Te la pasas lidiando con gente (S.R.)
Pasando el borde de lo majadero
Te la pasas siendo indecente
A pesar de que dices “no quiero”

Tu joven corazón más idiota aún
Le pide a tu boca que regale torpes versos
Dificultando relaciones
Doliendo hasta los huesos

Te odias por no poder dejar de odiar
Te mueres por conseguir olvidar
Quisieras ponerle punto final
¿Realmente deseas con todo acabar?

sábado, 3 de octubre de 2009

La Soledad me agobia.

La Soledad, así con mayúscula, me agobia. Bueno, ese es el titulo, claramente Pero es cierto, La Soledad me agobia.
Me agrada ella, la busqué por mucho tiempo. Salí de una casa en donde vivian, incluso viven aún, más de diez personas, y siempre, siempre la busqué. Decía, o más bien me decía que necesitaba de La Soledad. Incluso hoy, sigo necesitandola en ciertas ocaciones. Pero me agobia. No me deja en paz. Me molesta, me recuerda a cada instante en que aparece que debería jubilarla. No sé. a veces pienso que es un mal necesario, no prescindir de ella.


Hace unos días su sola presencia me causaba placer, pues me dejaba hacer lo que quería, me daba todo el tiempo que quisiese, me despertaba con ella, me dormía pensandola. Puntualmente hoy, mientras redacto esto, la detesto, quiero que se vaya y me deje tranquilo, en paz. Porque es eso...justamente eso lo que pasa....no me deja en paz- eso ya lo dije- Me recuerda a cada instante (eso también lo dije) que debería estar en otra situación, en otra compañia, en otros brazos.


Aaayyy, Soledad, vete de aquí. Pero vuelve pronto, pues bien sabes que a penas te marchas, y me dejas con alguien, te empiezo a buscar y necesitar otra vez. Eres mi compañia, finalmente lo comprendo. Soledad, me agobias, pero me acompañas. (no entiendo)

martes, 22 de septiembre de 2009

Mi declaración de principios

Con todo respeto:

  • En todas las circunstancias, incluso en los momentos más trágicos, hago todo por ver una maravillosa posibilidad de reírme un poco, inventando travesuras cargadas de espasmos.
  • Duermo con la boca abierta esperando un buen día y despierto en la noche para beber un vaso de agua.
  • Me demoro bastante para desvestirme a pesar de no desabrocharme los zapatos para quitármelos.
  • Lo que de verdad me vuelve completamente feliz, es hacer medianamente feliz a alguien, quizá hasta con una sonrisa me basta.
  • Tiemblo de frío cuando estoy solo, pero no me acaloro estando en compañía.
  • Escucho atentamente a quién me habla, y siempre miro a los ojos fijamente cuando hago un brindis.
  • No leo los instructivos de los artefactos, ya que soy autodidacta dentro de mi estilo.
  • No tengo idea de marxismo ni democracia, me considero vivo y sin ánimo de burocracia.
  • Practico más de una vez, algún pecado capital.
  • Todavía tengo fe en el sueño americano. Juego a que soy optimista y entusiasta.
  • Escribo por necesidad y se me complica la vida cuando me arrepiento de regalar palabras.
  • No tomo decisiones acertadas la mayoría de las veces, pero me atrevo.
  • Soy pragmático y filántropo, cuando me dá la weá.

sábado, 12 de septiembre de 2009

"Caer en amores"


Capitulo1, extracto

El entonces estaba a punto de cumplir veintisiete años cuando caminaba decidido a su apartamento luego de un curioso, pero agradable día, que terminó, laboralmente, poco antes de la hora de almuerzo. Improbablemente sabría lo que el final del mismo le tendría preparado.

Se levantó temprano como fue la tónica de la semana entera, pues debía dejar resuelto varios compromisos para la firma a la que representaba. Por suerte, todo salió de acuerdo a las expectativas. Se cerraron varios negocios y las comisiones respectivas se harían efectivas en un corto plazo. Por lo mismo pensó que se tomaría unos días para descansar del agotador ritmo que traía desde meses. Todo estaría bien. De acuerdo a los planes.

Era un día de sol. Había llovido demasiado, semanas antes, y el calor comenzaba a secar lo húmedo que había quedado la tierra. Las aves se juntaban todas donde siempre, algunas más osadas entraban en aquella amasandería, que a él tanto le gustaba, a robar algo de comer. Cruzó corriendo la calle para tratar de alcanzar a cruzarla por completo, el Sol lo encandilaba y lo hizo estornudar. Se detuvo un momento para sacar de su chaqueta negra con líneas blancas un pañuelo con que limpiarse la nariz. El resfriado en el que estaba lo hacía estar sonándose todo el día. Miró, entonces, el inicio del Paseo peatonal que tanto le gustaba, se puso los anteojos obscuros, los fonos, ajustó el volumen a dos líneas menos del máximo y le dio "play" al reproductor donde traía el disco que le había recomendado escuchar esa hermosa mujer por la cual en esos días ya no podía dormir.

Caminó sin pisar el césped que siempre estaba tan perfectamente cortado. Pensó, como lo hacía siempre, en que "alguien dejó caer su enorme helado de menta y pistacho sobre el pasto, razón por la cual adquiría ese color casi pintado". Una brisa fresca le refrescó el rostro e hizo volar una de las últimas hojas secas que quedaban. La siguió con la mirada, pensando en el hermoso detalle que eso significaba para él. Al mismo tiempo, el calor del sol le entibió el cuerpo, lo que de inmediato le hizo recordar que la primavera ya estaba próxima. Eran mediados de Septiembre, el clima comenzaría a cambiar, las flores retomarían la vida que el invierno les arranca. Los enormes árboles que le daban la bienvenida volverían a florecer. Con el poco de viento que aun soplaba, y con el cielo despejado, ver las banderas en aquellos gigantes mástiles de acero flamear contentas, era un hermoso espectáculo. Los arbustos, también contentos, bailaban al ritmo de las momentáneas ráfagas que iban y venían. 

El Monumento a La Batalla de Maipú que emergía imponente a un costado de los mástiles, daba a las palomas el lugar perfecto para reposar un poco, además de estampar sus desperdicios sobre la cabeza de O'Higgins. Las piletas rebozaban. El destello de las aguas, enfriaba el aire del lugar y lo hacía respirable. La Feria Artesanal que estaba ahí desde hacía una semana, con muchos puestos de ropa, juegos, dulces, perfumes, posters de películas, cantantes y grupos musicales, y obviamente artesanía de todos los tipos, llenaba el lugar de mucha gente; niños, jóvenes, adultos y ancianos, lo que le gustaba mucho. Pues le daba vida al lugar. Hacía ya bastante tiempo que no caminaba por ahí una tarde de sol. Solo le había tocado caminar de noche en el último período. Igualmente adoraba el lugar. Fuese de día o de noche, a sol o a sombra. Aquel Paseo Peatonal se había transformado para él en una especie de Montmartre, evidentemente sin la historia, sin un Río Sena al costado, y lo más lamentable, sin Amélie, pero saturada y encajonada de oficinas de instituciones públicas y/o militares. Pero después de todo igualmente le gustaba mucho, siempre decía "Karl Brunner hizo un buen trabajo".

jueves, 10 de septiembre de 2009

La Geno.


Desde que tengo uso de razón puedo observar que siempre ha dormido poco y se levanta muy temprano, tanto como para despertar al Sol. Y luego, después de hacer lo que mejor hace, trabajar demasiado, lo sigue haciendo en su casa. Y de vuelta al trabajo. Ha reposado poco en su vida, quizá esa es la razón por la cual siempre se duerme con facilidad en cualquier momento en que lo puede hacer.
Seguramente ha cometido errores, muchos quizá, como todo el mundo, tal como yo, pero no le puedo criticar acerca de eso. Siempre ha sido difícil, como madre soltera, criar y educar a 4 hijos. Y a pesar de lo que todo el mundo puede decir, lo ha hecho muy bien. No ha tenido suerte en el amor, ha elegido mal, soy un espectador y un convencido de ello. No soy hijo del amor, como lo confesó alguna vez. Hoy a sus casi cincuenta, dice que ya no es tiempo de buscar alguien, por respeto a sus hijas, dice. Discrepo totalmente de aquello.


No ha levantado la voz en el momento en que se requiere, pero siempre ha estado allí, para decir algo. Corro por ella, y ella lo hace por mí, por sus hijas, y por toda su familia. Es buena madre, buena hija, buena hermana, buena tía, incluso hasta una buena vecina, a veces demasiado, a veces no lo suficiente. No cree en dejar de trabajar algún día, porque tal vez, pienso, se aburriría con toda esa energía permanente y esa fuerza intrínseca que lleva consigo para todas partes, razón por la cual he llegado a creer, muy en el fondo, que tiene súper poderes. Yo le digo que todo el mundo trabaja con la convicción de que algún día dejará de hacerlo. Simplemente, dice no. “Yo no”. Es cuando aquella utopía de los súper poderes comienza a parecer real, y no sé como lo hace, pero siempre puede hacer todo lo que dice, por y para sus hijas. Sencillamente admirable.


En muy pocas ocasiones la he visto llorar, pero estoy seguro que un montón de veces ha necesitado una enorme cantidad de pañuelos para secar sus lágrimas. Finge bienestar y me entristezco por ello. Es una mujer para amar siempre. Todo el tiempo quiere ayudarme más de lo que necesito, y me gustaría que no lo hiciera. Pienso que debería ser a la inversa, y es esa mi lucha permanente.
Su pasado habla de esfuerzos y lucha constante por la superación. Habla de dolorosos momentos, familias no constituidas, padre ausente, responsabilidades a muy temprana edad, ser madre de sus hermanas y ayuda constante para su madre. Habla de frío y hambre, de pisos de tierra, de trabajo y más trabajo, de ganas de seguir, de vivir y mucho amor para entregar. Habla de dar constantemente a sus seres queridos, sin recibir nunca nada a cambio. Salvo la satisfacción de estar en paz.

martes, 8 de septiembre de 2009

Estación Terminal, Fin de Trayecto!

" Se acabó esta weá....."



Jaime Vadell, en "Padre Nuestro"



A propósito..



Me estas consumiendo, me estas malgastando
Me estas desesperando y me arrodillo por vos

Me estas confundiendo, me estas caminando
Y estas resecando, Ay Señor, mi corazon

Quiero ver amanecer,
Pero del otro lado ver amanecer
Pero alguien se queda aqui para
saber si yo sigo vivo

Tengo el alma escapada,
La conciencia mareada
Mi vida esta tan cansada,
De buscar tu perdon
Vengo volando muy bajo,
Buscando algun claro donde descansar
Es que ma vengo bandeando,
Me estoy cayendo de tanto esperar.

Cielo bonito devuelve mi alma,
Cielito yo te pido otra oportunidad
Cielo no me hundas, no me desmorones
Cielito no me dejes sin saber la verdad.

Me escapé de mi casa
me escapé de mi amor
pero nadie se escapa
de tu mano señor



Del disco "Rey Azúcar", "Padre Nuestro" Los Fabulosos Cadillacs

lunes, 7 de septiembre de 2009

Por Vos(z)

Esta noche por vos(z), nena, me vuelvo poeta
Y busco versos entre las mias, y tus letras
Te aseguro a vos(z), sorpresas en cada momento
Vos(z) sos la princesa de todos mis cuentos
Tus verdes ojos iluminan mi camino pedregoso
Tu sonrisa es el anhelo de mi suspiro y gozo
Si en realidad vos(z) supieras lo que por ti hoy siento
Razón no habría para estancamientos
Por Vos(z) nena me hago el que dices
Y dejo en el fondo, escondidas cicatrices
Por vos(z) nena, inventamos un lenguaje
De gestos clandestinos, miradas y mensajes
Tomo entonces, conceptos prestados
Del disco ese, que por vos(z) tengo arraigado
"Yo no quiero ser tu amigo, solo ser tu amante
Que importa como esto termine, ni menos como avance"
Que versos, no? Son por vos(z), lo sabes
Yorke cantaría para nosotros?, que duda cabe.


domingo, 6 de septiembre de 2009

Donde está Waldo?

He salido a correr en estos días. No a trotar, pues eso lo hago con Waldo. He salido solo, lo que es, en resumidas cuentas, un poco bueno. Hago el recorrido a mi manera, el tiempo que estime conveniente. Pero es extraño.
Con Waldo no hablábamos, solo trotábamos. Nunca hicimos una presentación adecuada, ninguno sabe del otro más que simplemente el hecho de ser vecinos.


Habitualmente nos encontrabamos al llegar cada uno de los respectivos lugares de trabajo. Por lo menos yo. Esto ya no ha pasado desde hace varios días. Entonces, me pregunto donde cresta está el Waldo, mi vecino el raro. Con sus zapatillas nuevas, su paño en la cabeza, sus cicatrices, y todo lo demás. Ni siquiera lo siento al otro lado de la pared que nos separa. En su departamento no hay luz nunca. Lo sé porque siempre miro desde el balcón del living.

Donde está Waldo? No puedo dejar de preguntarme, pues estoy algo intrigado con este tipo. He preguntado en la recepción por el, y nada.

He llegado a pensar que Waldo decidió de un día para otro, ponerse todo su atuendo deportivo, y así sin más emprender una aventura al estilo Forest Gump. Creo que le dió la weá, y se fue a correr, perdón... trotar por todos lados.
Otra cosa que pienso; es que definitivamente lo asaltaron en Parque Almagro y está en algún Hospital (ojalá que no en el Felix Bulnes), recuperándose de una paliza. Circunstancia que me hace inmediatamente responzable por no haber salido con él. Mejor descarto aquella ridícula opción.
Lo otro es que simplemente no existe y es solo producto de la necesidad que tengo de conocer a alguien en este edificio, pues nunca veo a nadie. Es ridículo también.
No sé, quizá Waldo ya no quiere salir y prefiere quedarse a obscuras en su departamento. Tan simple como eso.
Como sea, Waldo: si lees esto, es cosa de tocar a la puerta y decirme "vamos a trotar". Mira que me hace falta la motivación en estos días.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Tu

Mi Caramelo


Que linda que estás, sos un caramelo
te veo en el recreo y me vuelvo loco,
todas las cosas que me gustan, tienen tu cara
y espero los asaltos, así juego a la botellita con vos,
mi bomboncito.

Que excitante que estás, tendrías que saberlo
esa cola es la manzana mas buscada,
y esos senos, el alimento de mi creación,
quisiera arrancarte un día y morirme en un telo con vos...
o quizás en un auto.

Han pasado cinco años, asumiste las cosas
hace tiempo que estoy buscando mi verdadero yo,
hay una especie de simbiosis, lo dijo mi psicóloga
haría bien a la terapia alejarme un tiempo...
unos setenta años.

Como estás querida tengo esposa e hijos
de vez en cuando hablo con ella y hasta hago el amor,
no es que quiera molestarte, pero me es imprescindible
sentarme en un café, y soñar un poco...
y tal vez amarnos.

Y ha pasado mi hora, quién robo mis años,
cambio a toda esta familia por un segundo con vos,
si te veo ahora, aunque termine en un hospicio,
tomo una botella...y juego a la botellita con vos.


Una Maldita Gran Canción de La Bersuit Vergarabat, del disco "De La Cabeza"

Es para ti, si es que pasas por aca otra vez.

jueves, 27 de agosto de 2009

Lo que nos (des) une

- De una u otra forma, todo.
- La imposibilidad.
- Mis miedos.
- Tu tristeza.
- Tu hermosura.
- Mi realidad y la tuya.
- El abismo que existe en medio de ambos.
- La situación misma.
- Que me estoy volviendo loco.
- Que no lo adviertas.
- Que todo siga como si nada.
- La cosificación.
- Que no lo soporto.
- Hacer lo "correcto".

fue correcto?

lunes, 24 de agosto de 2009

El tiempo no para

Disparo contra el sol con la fuerza del ocaso
Mi ametralladora está llena de magias.
Pero soy solo un hombre más.

Cansado de correr en la dirección contraria,
sin podio de llegada y mi amor me corta la cara,
porque soy sólo un hombre más.
Pero si pensás que estoy derrotado,
quiero que sepas que me la sigo jugando
porque el tiempo, el tiempo no para.

Unos días sí, otros no, estoy sobreviviendo sin un rasguñón,
por la caridad de quien me detesta.

Y tu cabeza está llena de ratas.
Te compraste las acciones de esta farsa
y el tiempo no para.
Yo veo el futuro repetir el pasado,
veo un museo de grandes novedades
y el tiempo no para, no para.

Yo no tengo fechas para recordar
mis dias se gastan de par en par
buscando un sentido a todo esto.



Extracto
de la canción "El tiempo no para" del disco "De la cabeza con Bersuit" de Bersuit Vergarabat. Gran Canción.

sábado, 22 de agosto de 2009

Lo que nos une.

- Una lluvia alucinante en el sur de Chile.
- La historia aquella de los cigarros que pudimos encontrar en la madrugada.
- Que adivinaras la hora que era.
- Hacer lo "correcto".
- Un disco increíble que me hiciste escuchar.
- Unos cuantos mensajes clandestinos.
- Unos inolvidables trueques musicales.
- Tus sonrisas y miradas que me regalas entre la obscuridad.
- Algunas que otras letras.
- La magia que existe.
- Mi admiración constante.
- Una canción en particular de ese disco tan increíble.
- El inicio de este blog.
- Reconocer que esto es "raro".
- Entender que nunca será.
- Lo nervioso que estoy escribiendo ahora.



miércoles, 19 de agosto de 2009

YO LA QUERÍA.

Hoy compré unas copas, seis. Copas de vino, obviamente para beber vino. Y compré una botella también. Cabernet Sauvignon Reserva 2007. Un buen vino a mi parecer. Hoy tendría invitados en el departamento. Nada ultraprogramado, pero se suponía que si vendría alguien. Para conversar, acerca de la vida y todo eso. Y también beber vino. Hace tiempo que no juntaba a algunos amigos aquí. Este departamento carece de esos momentos; con los de la ruta de liquido rubí, con los hermanos de mente, las "cenicientas de saldo y esquina", los que hablan mucho, y los que no tanto, los que bailan, los que fuman, los que hacen reir, y preocuparte, a los que se les quiere y los que, simplemente, vienen. Todos carecen.

Lamentablemente nada ocurrío. Nadie llegó, nadie vino, ni por el vino. Entonces, acabo de guardar las copas, solo cinco de estas, y destapar la botella, porque claro, con las ganas no me voy a quedar. No Señor! Así que al momento de redactar estas lineas disfruto del cuerpo intenso y del color joven, brillante y atractivo, con tonos violáceos sobre un color guinda oscura, donde predominan las ciruelas maduras, junto a tonos de frambuesa y fresa que me da mi vino. Porque es mio, ahora que no hay con quién compartirlo. Ahora que estoy solo, pensando en lo que no fué, en lo que ha sido, y será. Mi liquido rubí, que es en nariz es muy expresivo y me insinúa notas dulces y reminiscencias de canela, y que en boca es completamente consistente con sus aromas; el ataque es firme, gustoso y joven, con presencia de berries. De cuerpo medio y taninos finos -pero firmes-, que expresa gran rugosidad y buena longitud. Entonces, levanto la copa y brindo por ella. Salud!, porque hoy se acabó.

Yo la quería, de eso no hay duda. Pero lo que teníamos no podía seguir y se acabó. Hoy hablaría de eso también con los amigos que no vinieron. Hablaría de lo que me afecta y lo que me hace completamente feliz en estos días. Hablaría de ella, por qué no?, si yo la quería.

Le había dicho que nos juntaramos a almorzar ese día, que me esperara si llegaba tarde. "Hoy no ha sido un buen día, pero la pega es así, mi pega es así", le dije, porque igual llegué tarde. Ni siquiera almorzamos, y claro, porque más o menos sabiamos de que se trataba la conversación. Para qué almorzar?, así que fué solo un jugo y un café. Agrío por lo demás.

Asi que bien, disfruto de mi segunda copa, mientras repaso en mis recuerdos los mejores momentos que tuvimos. No fueron muchos, nos veíamos poco. Ella en sus cosas y yo con las mías, sin tiempo, como fué la consigna de siempre; "no tengo tiempo". Todo destinado al "mal necesario" de trabajar.

Yo la quería, y ella lo sabe, no cabe duda. Pero se acabó. Supongo que ahora estará mejor. Encontrará a alguien que de verdad tenga todo el tiempo y se lo dé. Le regale flores, la espere a la salida de su trabajo, la vea todos los días, le diga a cada instante que la ama, que la extraña, y la tratará con sutileza, como lo merece, y por sobretodo la aceptará con todo lo que ella es. Yo la quería y jamás hice aquello. Quizá con la estupidez de sentirme seguro que nada cambiaría. Solo dejé que el tiempo, que no había, pasara. Y pasó. Se acabó.
Seguramente con los amigos que estarían hoy acá, no hubiese sido este el tema.

viernes, 14 de agosto de 2009

WALDO.

Mi vecino de departamento es un tipo al que no he visto muchas veces. En realidad, solo lo he visto una vez, hace tres días. Venía llegando con ropa deportiva, unos fonos puestos, unas zapatillas casi nuevas, blancas, parecidas a las usadas por Forest Gump en su travesía de salir a correr, un paño en la cabeza con la bandera de Inglaterra que decía "Glory", y varias gotas de sudor cayendo por su frente. Lo saludé y subimos juntos en el ascensor, lo que significó enterarme que era mi vecino. Debe tener unos treinta y tantos, pero representa varios años más. Es de estatura media, como la mía, flacuchento y barbón. Usa una barba de varios días que no se le ve nada de bien. Es algo escasa en algunos lugares de su cara, quizá por causa de varias cicatrices que no se alcanzan a esconder.
Como estuvo la corrida?, le pregunté, sin ánimo de molestarlo. "Trote", me dijo. "No corro, troto". De inmediato comenzó a parecerme algo singular. Su extraña forma de hablar, como con el aire hacia dentro, de pronunciar, remarcado las eses y erres. Esa particularidad de mirar tan fijamente a los ojos cuando dice sus palabras, moviendo las manos de manera casi siniestra. (tal cual lo hacía Rodrigo Muñoz-Medina interpretando sobre las tablas a Sanhueza en La Pequeña Historia de Chile).
Me hace falta salir a trotar, pensé, y se lo dije. "Cuando quieras podemos salir juntos, El Parque Almagro es peligroso de noche y de a dos sería mejor", me respondió. Y le lancé un "alguna vez te acompañaré". Entonces, acto seguido, me apuntó con el dedo, me miró fijamente, respiró hondo, se tomó algunos interminables segundos y me estremeció diciendo. "Te cobraré la palabra".

Al día siguiente, y luego de pensar que, después de todo, no es tan mala idea salir por las noches a trotar, o correr un poco y votar un algo de stress acumulado, aunque ya el día haya sido bastante exigente, aunque haya estado casi 14 horas trabajando, aunque realmente llegue al departamento muy cansado, solo con ganas de dejarme abrazar por las sabanas y acariciar por la suavidad del algodón, presente en cada hilo de la almohada, y aunque sea acompañando a este tipo tan desconocido y con cara de psicopata obsesivo compulsivo. Me decidí.

Y sucedió. 22.40 hrs, venía llegando de la pega, hastiado, como ha sido la tonica de la semana (larga por lo demás) y me lo volvi a encontrar, esta vez de salida. Usaba la misma pinta que traía la vez anterior, salvo por el paño de la cabeza, lo que delataba su avanzada calvicie y otras tantas cicatrices. Nos saludamos al cruce, y mientras entraba al ascensor escuché que le decia a Roberto, el conserje, que la noche anterior "estuvo peluda la trotada". Me dirijió una mirada serena, casi de preocupación. La puerta del ascensor comenzaba a cerrar, cuando reaccioné. Espérame, yo te acompaño. Le grité.

Subí al dieciocho, mi piso, dejé lo que traía en el suelo, me saqué toda la ropa, busqué rapidamente un buzo, unas zapatillas, una polera, un polerón, un gorro y me los tiré encima. Terminé de vestirme en la bajada. Ahí estaba Waldo, mi vecino desconocido, que ahora tiene nombre, y un gran nombre por lo demás, esperando a su unico conocido en este edificio, aparte del conserje, por lo que me dijo.


Hoy que no fui a trotar, por la tan necesitada lluvia que cae sobre Santiago, que de seguro dejará más de alguna calle o sector anegado, decidí dedicarle esto a mi vecino, que desde hoy es Waldo, el raro.

jueves, 13 de agosto de 2009

Inicio. Bienvenidos

“Sucede periódicamente que los cambios que nos afectan, aquellas cosas buenas y malas que te marcan antes y después, son prácticamente simultaneas en las realidades de otras personas cercanas”
Quiero comenzar diciendo esto, porque en esta empresa que he comenzado a fundar, mi empresa de vida, me he encontrado con muchas personas que, arbitrariamente a lo que muchos puedan decir, piensan casi o practicamente lo mismo que tú. No sé, a ciencia cierta, si aquello puede o no significar algo positivo. Lo que si significa, por lo menos para mi, es que existe esa afinidad de pensamientos que a veces tanto me gusta y eso si que se agradece.

He conocido personas maravillosas en este tiempo. Y maravillosas, con todo su real significado. Estaban allí, desde hace un rato, pero hoy por hoy, las conozco de verdad. Más allá de saber su nombre y apellido; saber lo que piensan, lo que quieren, en lo que creen. Son grandes personas. Y eso me hace ser una gran persona también.

Y en este universo confuso de las promesas rotas, ser una gran persona es algo importante.




Este es el inicio de este blog. Gracias a quién lo visite.